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Sobre la mutilación y cegamiento de emperadores bizantinos desde el reinado de Heraclio I hasta la caída de Constantinopla
Por Jonathan Alan Stumpf
Revista de historia antigua y arqueología, Volumen 4, Número 3, 2017
Introducción: Niccolò Machiavelli dio los siguientes consejos en su obra más conocida El príncipe: “Los actos crueles se usan bien (si podemos aplicar 'bien' a los actos perversos) si son necesarios para la seguridad política y todos se cometen de un solo golpe y luego se suspenden o se convierten en algo que beneficia a los sujetos. " Al leer sobre la historia bizantina, se hace evidente que, además de matar a un pretendiente o emperador, era bastante común cegarlo o cortarle la nariz. Esta última práctica se llama rinotomía.
El objetivo de este artículo es examinar la frecuencia y las razones de estas formas de castigo en Bizancio de una manera algo similar, ya que M. Eisner ha examinado la frecuencia de muerte violenta y regicidio entre 1.513 monarcas en 45 monarquías en toda Europa entre d. C. 600 y 1800.
Como se pueden identificar “al menos tres oleadas distintas de regicidio” en el Imperio Bizantino, también podría ser posible distinguir distintas oleadas de cegamiento y rinotomía. La atención se centra en los castigos de los emperadores y pretendientes, ya que son ellos quienes ejercen o tienen la capacidad de ejercer el poder político y militar, lo que los hace vulnerables y potencialmente dañinos con respecto a la seguridad política, según el ángulo de perspectiva.
[…] El artículo adopta un enfoque diacrónico de las preguntas sobre los emperadores y pretendientes bizantinos que fueron cegados o mutilados. Los múltiples estudios de casos breves proporcionados en la primera parte constituyen, por tanto, el núcleo del artículo. Pero los análisis estadísticos de la segunda mitad son, sin embargo, cruciales para las conclusiones extraídas al final.
Imagen de portada: El asesinato de Romanos III Argyros en un baño, de la Crónica de John Skylitzes.